sábado, 25 de noviembre de 2006

La magia en América y Africa

La magia nativa de América fue llevada a su cúspide por los indígenas de los que hoy es Norteamérica. Estos magos "brujos o chamanes", tenían el poder de canalizar las energías telúricas para curar enfermedades, para la adivinación y la bendición, además de ser sumamente respetados por su pueblo, debido a la gran comunicación que mantenían con toda la Creación. El vasto conocimiento que reunieron sobre herbolaria era una de sus cualidades más impresionantes, así como el equilibrio con su entorno.

Estas creencias que se practicaban hasta la llegada de los españoles como una práctica rutinaria, fueron diezmadas junto con su población por la implantación de la fe católica y la inquisición española en América Latina. En las remotas y desérticas zonas del norte de México se mantuvieron sin embargo, un gran número de estos chamanes, siendo visitados inclusive hasta por la alta sociedad cuando su fama llegaba a crecer.

Actualmente, libros como los del chamán Juan Castaneda y María Sabina, han reanimado el interés por el conocimiento de una realidad más allá de la que conocemos y con la que podemos interactuar por medio de la magia y la brujería.

En el caso de la antigua religión africana, íntimamente ligada a la tierra también, los chamanes o brujos utilizan más un tipo de magia simpática que requiere de intermediarios y sacrificios para la concesión de las peticiones. La antigua religión africana llena de espíritus tutelares, fue igualmente perseguida por los blancos cuando estos descubrían a sus esclavos practicando ritos diabólicos y sangrientos en sus barracas y en reuniones al aire libre. Sin embargo, las religiones negras sobrevivieron debido a la práctica durante siglos de un pueblo que no tenía nada más que sus creencias para soportar la vida.

Posterior a la inquisición americana y a la esclavitud, las religiones nativas se fusionaron con la católica para formar una nueva forma híbrida de magia denominada Espiritismo y Santería, en la cual, la fusión de elementos y deidades arcaicas con santos, la virgen y hasta el niño Dios, creaban, por lo general una trinidad de seres humano-divinos que tenían la facultad de interceder ante las figuras más elevadas y pedir por las causas humanas. Así mismo, hacían curaciones milagrosas y concedían favores a sus fieles. En estas religiones los brujos suelen ser mediums a través de los cuales alguna de estas tres potencias se manifiesta para dar el beneficio pedido.